El cuerpo está formado por una gran cantidad de agua que se divide en tres compartimentos de fluidos: plasma, espacio intersticial y espacio intracelular. Los fluidos corporales contienen un número de sustancias diluidas entre las que se incluyen azúcares, aminoácidos, grasas y electrolitos. Entre los electrolitos hay sodio, potasio, calcio e iones hidrógeno (protones), estos últimos controlan el pH del organismo. Los diferentes electrolitos están distribuidos de manera desigual entre los distintos compartimentos, y esta distribución es fisiológicamente importante para mantener la función celular normal de los distintos tejidos. Los riñones participan activamente en esta regulación excretando el exceso de sal y agua a medida que sea necesario. Además, los riñones excretan productos de desecho incluyendo urea, que se forma durante la degradación de las proteínas.